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miércoles, 26 de enero de 2011

Dinamarca, Suecia y Noruega se hicieron merecedores, respectivamente, de los trofeos de oro, de plata y de bronce del Bocuse d’Or

Al centro, Rasmus Kofoed con el Bocusse d'Or. A su derecha, Tommy Myllymaki con el de plata; y a su izquierda, Gunnar Hvarnes con el de bronce. (Foto: Reuters)

Francia (EFE)
. Los países escandinavos volvieron a coronarse hoy reyes de la gastronomía mundial tras acaparar los trofeos de oro, de plata y de bronce del prestigioso concurso gastronómico Bocuse d’Or.

El primer premio del jurado, de 20.000 euros (27.300 dólares), recayó en el equipo danés, encabezado por el chef Rasmus Kofoed, mientras que la plata y el bronce -de 15.000 y 10.000 euros (20.500 y 13.600 dólares)- fueron para Suecia y Noruega, respectivamente.

Los tres países latinoamericanos participantes -Argentina, Guatemala y Uruguay- obtuvieron, por este orden, los números 19, 21 y 22 de la clasificación, de un total de 24 equipos concursantes.

España quedó en el puesto número 17, justo por detrás de China e Italia. Los países nórdicos Finlandia e Islandia tampoco quedaron a la zaga, con el quinto y el séptimo puesto, mientras que Francia quedó a las puertas de subir al podio, en cuarta posición.

SOBRE EL GANADOR Y EL CONCURSO
Kofoed, que regenta el restaurante Geranium de Copenhague, es un firme defensor de la cocina a partir de productos estacionales, y aboga por el uso de numerosas hierbas e ingredientes orgánicos, según explicó a la prensa.

La edición 2011 del Bocuse d’Or estuvo marcada por la fuerte afluencia de espectadores, que abarrotaron el pabellón de 2.400 plazas donde se celebra el evento en Lyon.

Durante las dos jornadas que duró el concurso, los seguidores de cada equipo no dejaron de enarbolar banderas de sus países y corear consignas, a la vez que agitaban matasuegras y redoblaban tambores.

El público respondió con fervor a los dos animadores contratados para la ocasión, que jaleaban a su audiencia y describían, micrófono en mano, los platos que desfilaban por delante del jurado.

Los 24 miembros del tribunal encargado de calificar los platos, uno de cada país seleccionado, probaban los manjares con semblante serio sin dejar de anotar comentarios en sus respectivas libretas.

La nota de color la puso una joven asiática que se encaramó al podio con una pancarta en contra de la producción de foie gras y del supuesto maltrato animal que conlleva, y que fue expulsada del recinto en medio de los abucheos del público.

El Bocuse d’Or obliga a los candidatos a preparar un plato de carne y otro de pescado con unos ingredientes predeterminados, este año cordero, rape, cangrejo y cigalas, todos ellos procedentes de Escocia.

Los países participantes resultan de arduas selecciones regionales, por lo que su presencia en el Bocuse d’Or se considera ya una prueba de mérito profesional.

El certamen, que se inscribe dentro del Salón Internacional de Hostelería y Alimentación de Lyon (SIRHA), puso fin a cinco días de feria gastronómica por la que han pasado 160.000 visitantes, 20.000 más que en la edición anterior, según los últimos datos de la organización

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