Por: Yesid Barrera Santos
Articulo publicado viernes 23 de Agosto 2013, Prensa Libre pag: 33 Mundo Económico
Los japoneses nos compartieron
hace un tiempo que una visión sin acción es un sueño, pero que llevar a cabo
una serie de acciones sin una visión es una gran pesadilla. En el libro de
Comunazgo propusimos establecer una visión para alejarnos de lo clásico, de lo
que funcionó y entregó satisfacciones, pero que en el mundo de los negocios de
hoy debe ser redefinido.
Es muy
gratificante contarles que el próximo 10 de septiembre se llevará a cabo el
Congreso de Restaurantes 2013 y trabajaremos la incorporación de Comunazgo como
alternativa a un subsector de servicios que le aporta con sus 13 mil 400
restaurantes a la economía el 2.1% de su PIB, generando unos 67 mil puestos de
trabajo directos y alrededor de 270 mil indirectos. Viviremos una experiencia
de reflexión hacia la excelencia, a través del aprendizaje.
Comunazgo
propone un momento de reflexión al empresario actual, para animarse a
incorporar cambios que signifiquen, en este caso, para un restaurante decir: en
la cocina elaboramos comida, pero en la mesa ofrecemos emociones, placeres del
paladar, conquista de sentimientos, satisfacción, para seguir conquistando ese
promedio de hogares guatemaltecos que invierten un 7% en este subsector de
servicios.
Debemos
dar un gran salto en los negocios de hoy, para avanzar necesitamos coraje y ese
emerge de la confianza y el carácter —principios y valores—, distintivos de un
empresario actual. Debemos entender que las metas de un negocio no son
individuales, requieren creatividad, visión y ejecución, todo eso es posible si
tenemos un equipo. La investigación de campo señala que nos falta equipo y nos
sobra tiempo.
Comunazgo
trabaja en mejorar los indicadores de confianza, para la región encontramos un
indicador de 6.2 sobre 10, el cual no facilita conseguir resultados que nos
sorprendan gratamente, nos hemos acostumbrado a nivelarnos por lo bajo, debemos
incluir: ambición —deseo de conseguir
algo difícil— convicción y realismo, los tres factores son posibles si mejoramos la confianza.
Finalmente
esperamos que gerentes, administradores y colaboradores se animen a participar
en un debate para reflexionar sobre lo impactante que es generar autogestión en
el restaurante, donde la función del supervisor tradicional ceda espacio a un
entrenador y creador de ambientes agradables y productivos, que estudie a su
cliente y le venda olores, sabores, visualizaciones, sonidos, todo a través de
un plato de comida.
Ese es el
reto para los restaurantes que se animan a intentar apostarle a una nueva forma
de administrar y gestionar. Nos vemos el 10 de septiembre en Gran Tikal Futura
Hotel. Hasta la próxima.