Este diálogo y diversas variantes de él se repiten a diario por estos días. Regalar el huevo de Pascua, esa capa de chocolate adornada con múltiples colores, es una tradición, aunque desde hace algunos años toma otras formas: conejos, gallinitas, canastas.
La idea es hacer el tradicional regalo del domingo de resurrección o de Pascua, a familiares y amigos. O simplemente disfrutar de este dulce después del almuerzo o durante la tarde. El secreto de este trozo marrón o blanco es siempre compartir.
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