La feria de hombre de Pitti Uomo, la cita más importante de la moda masculina.
Más
de un millar de firmas han sacado brillo desde primera hora a sus
"stands" en la feria, con el objetivo de captar la atención de
compradores de centros comerciales, estilistas y cazatendencias, que
han desfilado hoy por el recinto de la Fortezza di Basso convirtiendo
el recinto ferial en la mayor pasarela de moda de hombre del mundo.
La
vuelta a las décadas pasadas y el aire "retro" de temporadas pasadas se
afianza para dar paso a un estilo marcado por el desenfado del estilo
"casual".
Es la era de la "sobriedad exquisita" o el "retro
cool", señala a Efestilo, Amelia Muñoz, portavoz de Herno, una de las
firmas italianas con más tradición en la feria, especializada en
abrigos, que mantiene su marchamo de experimentación técnica en los
tejidos, pero que también ha sabido adaptarse al paso del tiempo.
Patrones holgados en chaquetas y pantalones que se transforman con el juego de cremalleras, pinzas y distintos tipos de punto, que el diseñador vasco combinan con plisados hechos a mano, para crear piezas con primorosos juegos de volúmenes.
Cazadoras tipo bomber, casacas de
inspiración rural o chaquetas cerradas con cremallera a media altura,
configuran una colección con un lenguaje poco habitual, en las que
fusiona combinaciones a veces imposibles como napa con fieltro, piel de
cocodrilo con punto o lana con cuero.
Todo está "hecho en
casa", y lleva el sello artesano español, algo de lo que presume el
diseñador ante compradores internacionales, en este caso se ha ido
hasta Igualada (Barcelona, noreste de España), donde, a su juicio,
hacen el mejor punto de España.
La paleta de colores
escogida por Etxebarria comienza en un blanco roto que transita por un
tenue azul cielo y acaba en la oscuridad de los grises y el negro, en
unas piezas claramente inspiradas en los patrones de los trajes
regionales del norte español.
Así, un abrigo de
largaterana, los pantalones plisados del traje regional mallorquín o el
tradicional blusón vasco se subirán a la pasarela madrileña después del
verano, en una clave contemporánea eso sí, pero sin por eso perder su
esencia "rural".
Etxeberría mantiene un año más su
pasión por los zapatos, en los que no abandona su afán experimental:
utiliza materiales como mimbre, piel de entrefino o de pitón, a los que
ha impreso formas imposibles, que solo han sido posibles gracias al
"trabajo codo con codo con los artesanos" de Valverde del Camino
Huelva, sur de España
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