La presentación esta semana del nuevo modelo de corcho, llamado Helix, lleva a muchos a preguntarse por qué las tapas tradicionales siguen dominando gran parte del mercado mundial.
Para abrir el Helix no se requiere un sacacorchos, sino que basta apenas un giro con la mano.
El nuevo tapón es similar al que ya se usa para botellas de whisky o sherry, pero sin un remate superior de plástico.
Eric Bouts, director ejecutivo de O-I asegura que el corcho a rosca está destinado al mercado de vinos de entre US$8 y 15. La idea es que los consumidores en un picnic no necesitarán un sacacorchos.
Los fabricantes del Helix señalan que el tapón estará en las tiendas europeas en los próximos dos años, y esperan que conquiste al público en China, que arrebató al Reino Unido el quinto lugar en los mercados de vino a nivel global.
La tradición es fundamental para los consumidores en el país asiático, que importa el 48% de su vino desde Francia. Los amantes del vino en China esperan ver tapones de corcho en sus botellas.
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