Por Eduardo Rubio de siglo 21
Cualquiera
que contemple el cielo al alba o al ocaso encontrará, tarde o temprano,
una luminaria que destaca con su brillo muy por encima de todas las
demás. Este objeto es el planeta Venus, y durante sus apariciones
matutinas o vespertinas puede llegar a ser el más brillante en el cielo
luego de la Luna y Sol.
Por
la forma en que se mueve en el cielo, puede aparecer cerca de la Luna y
de otros objetos formando impresionantes conjunciones planetarias y
estelares. Esto hizo que fuera venerado por varias culturas alrededor
del mundo.
Los Mayas valoraron el recorrido de Venus |
Venus
es un planeta interior que se encuentra entre la Tierra y el Sol, lo
que permite que desde la Tierra podamos observarlo a cierta distancia
del Sol varias horas antes del amanecer (lucero del alba), o bien por
varias horas luego del atardecer (lucero del ocaso). Venus nunca es
visible desde la Tierra alrededor de la medianoche.
Desde
la Tierra, un ciclo completo del movimiento de Venus dura
aproximadamente 584 días. Gracias a sus cuidadosas observaciones, los
mayas identificaron este número y dividieron el ciclo en cuatro partes:
236 días de visibilidad en el este (lucero del alba), 90 días de paso
detrás del Sol en los que no es visible debido al brillo del astro, 250
días de aparición al Oeste, visible al atardecer, y 8 días para el paso
no visible entre la Tierra y el Sol (es en este momento en el que se
pueden producir, de vez en cuando, tránsitos de Venus como el que
ocurrió este año el 5 de junio).
El
ciclo de 584 días comenzaba al momento en que Venus volvía a ser
visible al amanecer y era una parte crítica del ciclo con relación a
sus repercusiones negativas, representando cinco divinidades guerreras
llamadas dios L: Diez Cielos, Señor del Amanecer, Hermoso Señor del
Año, Día de las Sandalias y al Señor Uno Caña.
Los
mayas encontraron que 146 Tzolk’ines equivalían a 65 períodos de Venus
(104 Haab’s), lo que les llevó al principio a predecir la posición del
planeta con un error de 5 días. Para compensar esto, ellos determinaron
un ciclo mayor de tiempo equivalente a 301 revoluciones de Venus, lo
que les llevó a calcular su posición con un error de 2 horas en 481
años. ¡Este es un logro que ninguna otra civilización antigua superó!
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